La soldadura de una tubería es realizada por soldadores con gran habilidad y experiencia, ya que implica tener la habilidad de generar raices soldadas de buena calidad desde la parte exterior del tubo.
La habilidad del soldador se evalúa mediante pruebas previas a la soldadura, en estas pruebas se evalúa la capacidad del soldador para generar soldadura «sanas».
Es importante seguir un procedimiento de soldadura en el que se detalla: la geometría de la junta, la abertura de la raíz, el electrodo y diámetro de electrodo establecido.
Además es muy importante la limpieza en cada pase de soldadura. De manera general un tubo se suelda con al menos tres pases o cordones soldados. Por lo tanto es importante un buen mantenimiento de los esmeriles angulares (amoladoras) y el uso de gratas apropiadas para esta limpieza.
La experiencia del soldador se establece no solo por la capacidad que generar cordones «sanos» sino tambien por el trabajo en equipo con su compañero soldador. Generalmente las tuberías de grandes diámetros se sueldan con dos o más soldadores. Por lo tanto es importante mantener una secuencia de soldadura y velocidad de avance similar para evitar que la junta soldada se «cierre» por mala distribución del aporte térmico.
La soldadura termina de una tubería se somete a ensayos de inspección visual para la capa final y ensayos no destructivos (radiografías o ultrasonidos) que permiten ver o conocer la sanidad interior del los cordones soldados.
Un soldador API (American Petroleum Institute) es requerido y necesario para la soldadura de oleductos y poliductos en muchos lugares y países y por su habilidad y experiencia es demandado por empresas del sector de petróleo y gas.
